Durante más de 70 años muchos de los productos de primera necesidad, tanto orgánicos como procesados, arribaban a las Islas Galápagos vía marítima, productos como como: azúcar, harina, conservas y demás productos elaborados, eran abastecidos mediante un barco que llegaba desde el continente aproximadamente cada 3 meses. El barco que cubría la ruta Guayaquil – Galápagos, ingresaba con bienes para abastecer a las islas y a la vez, transportaba los productos que se enviaban al continente como pescado salado, reses y chivos vivos.
Una vez que los comercios locales se encontraban abastecidos, la población compraba los productos no perecibles que necesitaban, teniendo en cuenta que debían abastecerse para un periodo aproximado de 3 meses o más, pero a pesar de la cantidad de provisiones con las que una familia podía contar, esto no aseguraba que en algún momento existiera escases y se tuviera que prescindir de algún producto.
De a poco los primeros colonos lograron producir yuca, berenjenas, cítricos, plátanos, pero el origen volcánico de la tierra y la escases de tierra fértil adecuada para los cultivos, dificultaba el poder cultivar y cosechar otros tipos de vegetales.
La producción interna consistía y sigue consistiendo hasta la actualidad de los animales y plantas que fueron introducidos por los primeros colonos y migrantes hasta finales del siglo XX, ya que después de este periodo comienza a haber mayor control y regulación por parte de las instituciones gubernamentales en cuanto al ingreso de plantas y animales al archipiélago.
Ya hace más de 20 años organismos gubernamentales como el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, en colaboración con ong´s locales como FUNDAR Galápagos, venían ejecutando diversos talleres de capacitación para pequeños agricultores de la zona rural de la Isla Santa Cruz, con el fin de crear un conocimiento colectivo para alejarnos cada vez más de la dependencia de productos agrícolas provenientes de la parte continental y de esta manera evitar la llegada de especies invasivas y plagas que lleguen a atentar con la sensible biodiversidad de las Islas.
Con el pasar de los años ya se aprecia una producción local en constante crecimiento, si bien la mano de obra en las Islas Galápagos es algo reducida y muy costosa, los productos locales compiten en calidad ya que son muchísimo más frescos, libres de químicos pesticidas y herbicidas, prácticamente productos orgánicos. Diversos productos que en su momento llegaban a escasear en las islas, ya es posible producirlos localmente; tomates, pimientos, lechugas, berenjenas, plátanos, aguacates, yuca, papas, coliflor, maíz; frutas cítricas como limones, naranjas, maracuyá, además de papayas, guayaba, caña de azúcar, uvas, café y mucho más.
Otro punto a favor en la última década fue el programa municipal de recolección de desechos y residuos sólidos con el cual se recuperaba el desperdicio de origen orgánico para posteriormente procesarlo en biodigestores y producir compost, el mismo que era no solo aprovechado por los agricultores locales sino también por la misma comunidad que empezaba a levantar sus propios huertos caseros.
Si bien las políticas de manejo y administración del archipiélago de Galápagos se ha encaminado en las últimas décadas a limitar la intervención humana local a su mínima expresión, teniendo como principal objetivo gubernamental la protección y conservación de la naturaleza, para lo cual se ha limitado menos del 3% de la extensión total de las Galápagos para desarrollo agropecuario, rural y aún mucho menos para el desarrollo urbano; hoy ya no es necesario tener grandes extensiones de terreno para producir algunos vegetales para consumo familiar, inclusive es posible obtener una producción con fines comerciales. Es el caso de habitantes de las parroquias Bellavista y Santa Rosa que empezaron a producir en terrenos de menos de 300 metros cuadrados hasta 100 plantas de yuca, otros conseguían 40 plantas de plátano verde, limones, piñas, diferentes tipos de hortalizas, hierba luisa, hierba buena, perejil, albahaca, ajíes y demás especias.
Galápagos, cada día podemos más.
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